Puedo decir sin temor a equivocarme lo gratificante que me ha resultado escribir este post no promocionado para Alinur, un centro de formación de personas con discapacidad intelectual. Ya que para poderlo escribir, tuve que pasar un día con los profes y los chavales del colegio. Y por tanto pude conocer y ser testigo de excepción de lo bien que se lo montan, tanto profesores como alumnos.
Ese día aprovechamos todos para ir de excursión al casco antiguo de Alicante donde se celebraba el Mercado Medieval. Salimos del colegio en una fila muy bien organizada y tras 20 saludables minutos andando, ya estábamos en el corazón de la ciudad. Puestos medievales, disfraces, trovadores, caballeros, todo estaba al detalle. Sin embargo todo aquello tan genial quedó en mi persona en segundo plano. Ya que, entre tantas risas, abrazos, besos y conversaciones con los chavales y profesores , apenas preste atención a ese entorno tan interpretativo del medievo.
Viví de primera mano la enorme conexión existente entre los chic@s de Alinur. Una conexión que termina convirtiéndose en amistad, cariño y respeto los unos con los otros. Y mejor todavía, esa conexión tan genial se produce al mismo nivel entre profesores y alumnos.
Y así podríamos resumir el día a día en Alinur,. Bien es verdad que no todos los días se van de excursión, no olvidemos que es un colegio, pero si todos los días se reproduce ese patrón de risas, cariño, respeto, aprendizaje y buen rollo, resultado del eficiente método de formación y educación impartidos por el colegio Alinur.
Un método muy profesional, revolucionario, con muchas horas de trabajo e ilusión a sus espaldas, que con el tiempo a demostrado ser muy eficaz a la hora de ayudar a los chavales en su crecimiento personal. A groso modo y disculparme por mi simpleza, enseña a los chavales a ser chavales ayudándolos a enfrentarse a los retos diarios una vez finalizado el periodo escolar.
Ahora bien, para comprender la eficacia del sistema de educación del colegio Alinur, debo responder a las siguientes preguntas: ¿cómo, porqué y cuándo nace Alinur?
El centro de formación para personas con discapacidad intelectual Alinur nació hace veinte años, donde un grupo de padres conjuntamente con profesores crearon este proyecto. Y como todos los proyectos que se aprecien, vienen precedidos de un sueño, un sueño que a día de hoy se ha cumplido.
Una vez el proyecto se solidificó, se creó un edificio totalmente especializado y adaptado para las personas que padecen cualquier tipo de discapacidad intelectual. Un edificio levantado expresamente muy cerca del centro de Alicante, para así poder disfrutar todo los días de la ciudad y al mismo tiempo, la ciudad disfrute de los chic@s de Alinur. Aportando su granito de arena al desarrollo y comercio local. Hablar de Alicante es hablar de Alinur o al revés 😉
Durante todo ese tiempo hasta llegar al día de hoy, el centro de formación para personas con discapacidad Intelectual Alinur ofrece una alternativa para aquellos padres que quieren que sus hijos tengan una formación (tan importante en estos días) y sobretodo, que esa formación sea continuada en el tiempo.
Asimismo, en la actualidad un grupo numeroso de padres, desea esa formación para sus hijos, por lo que y en palabras de la siempre encantadora Leonor (la directora del centro Alinur) “ si Alinur no existiera, habría que inventarlo”.
Por tanto los padres han encontrado un sitio para sus hijos al mismo tiempo que encuentran otras familias con las mismas necesidades, problemas y retos. Y como bien dice el refrán “la unión hace la fuerza” salvo que en este caso debemos concretar,; la “unión hace amistad.
Además, gracias a la tranquilidad de saber que sus hijos están bien cuidados, están rodeados de buenos amigos y muy bien queridos, los padres han ganado ese tiempo que antes era inexistente como por ejemplo, pasar una velada los dos juntos como pareja, conocer otras parejas o por ejemplo salir de viaje. En definitiva muchos padres han comenzado a “vivir” y a tener un respiro desde que sus hijos están en el colegio Alinur.
Volviendo a los chic@s de Alinur, me resultó muy curioso ver como todos ellos sin importar la edad se relacionaban tan bien los unos con los otros, un ejemplo de amistad, una auténtica demostración de vivir intensamente el instante, siempre con las sonrisas como arma. Lo que los convierte en verdaderos profesionales en vivir o vividores profesionales.
Verdad es que son chic@s que tienen algún tipo de discapacidad intelectual, sin embargo esta discapacidad dista mucho de que sean discapacitados. Ocurre todo lo contrario, son chavales muy capacitados para hacer muchísimas cosas en la vida. Al igual que me ocurre a mí y supongo que a todos vosotros amig@s lectores, para ciertas cosas estamos muy capacitados, para otras no tantas, y para algunas totalmente discapacitados.
Insisto, estos chic@s están muy capacitados para tener amig@s, divertirse, ir al cine, hacer deporte, estudiar, trabajar, y así podría escribir cientos de post solo hablando de sus capacidades. Por tanto, se acabó hablar de la discapacidad y empecemos a hablar de las capacidades; que como hemos visto son muchas…
En conclusión, Alinur brinda a todos estos chic@s una adolescencia que todos merecemos por derecho, insisto todos. Una adolescencia muy necesaria para evolucionar y crecer como personas, una adolescencia que al igual que ocurre con la cerámica, moldeará nuestro carácter para siempre. Y como toda buena adolescencia que se premie, es fundamental tener un grupo, una pandilla, enamorarse, culto al cuerpo, sentirse guapo y pasar por todas estas etapas que nos dan sentido a nuestra vida.
Todo esto y mucho más Alinur lo ha conseguido, por ello solo me queda darles mis felicitaciones y quitarme el sombrero ante ellos. «Chapeau» por Alinur que ha conseguido que estos jóvenes estén viviendo una de las experiencias más bonita en la vida, si no la mejor, la Juventud.
Un abrazo
Lucho
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