Los lugares imprescindibles en tu viaje a Panamá

Si estás pensando un viaje por primera vez a Panamá, échale un vistazo a este post, donde te cuento los lugares imprescindibles para enamorarte de este país centro-americano.

Panamá, un país pequeño de especial importancia, pues se extiende a modo de puente entre Norteamerica y Suramérica. Lleno de contrastes y con muchos lugares preciosos para descubrir, buceo en las playas de arena blanca del Mar Caribe y surf en las playas salvajes del Océano Pacífico, atravesar selvas vírgenes, bañarte en las cascadas de los bosques húmedos tropicales, ascenso al volcán más alto del país y explorar las calles de una capital repleta de rascacielos futuristas con el Canal de Panamá como eje central son algunas de las experiencias de la Perla del Caribe.

Poco conocido este país situado entre Costa-Rica y Colombia, más allá de la historia detrás de la construcción del Canal de Panamá (canal navegable que une el Mar Caribe con el Océano Pacífico) y tras pasar 18 días en el país con dos amigos, he vuelto completamente enamorado de sus paisajes, su historia, su naturaleza, su gastronomía y su gente.

A continuación, te dejo el listado con los lugares imprescindibles de Panamá, que harán que te entren unas ganas locas de hacer las maletas y coger un avión y vivir aventuras únicas e inolvidables en el país caribeño.

Ciudad de Panamá (Panama City).

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Skyline de Panamá.

La  capital se sitúa prácticamente en el centro del país, en la costa Pacífica y ya desde el avión lo primero que quita el hipo son sus altos e imponentes rascacielos. Un skyline impresionante que demuestra que la ciudad ha apostado por un desarrollo sostenible en forma de modelo urbanístico vertical.

Además la singularidad de cada edificio, el diseño, la arquitectura hace que una vez en tierra nos sea difícil no mirar hacia arriba y «embobarnos» ante semejantes gigantes arquitectónicos. De hecho su skyline y al estar frente a la bahía, recuerda mucho al skyline de Benidorm, Hong-Kong, New York o Miami.

El vuelo era Madrid-Ciudad de Panamá por lo que aprovechamos dos días en la capital antes de aventurarnos por el país. Estuvimos alojados en el Hotel Riu, un hotel 5 estrellas en pleno centro financiero.

Que decir que el alojamiento fue genial (parece obvio tratándose de un 5 estrellas), lo reservamos desde España a través de Booking y vimos una oferta genial con desayuno incluido y he decir que lo mejor del hotel fue precisamente el delicioso desayuno a base de zumos con frutas tropicales recién exprimidos, show-cooking acompañado por una atención de parte del personal inmejorable.

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Rascacielos en Panamá City. El progreso junto a la selva.

Dos días en Ciudad de Panamá es tiempo suficiente para descubrir los lugares imprescindibles, nosotros el primer día fuimos a explorar las calles del Casco Antiguo, que como su nombre indica es la ciudad vieja construida por los españoles justo después de que el pirata inglés Henry Morgan destruyera la original (también erigida por los conquistadores) en el siglo XVI.

Impresiona sus calles estrechas con casas de estilo colonial muy bien conservadas y repletas de colores, las iglesias, y el paseo que bordea el mar donde se aprecia al fondo el contraste de la ciudad vieja con el skyline futurista de la ciudad nueva, ambas separadas por el mar; cuando la marea es baja, ambas (la ciudad nueva y vieja) parece que se unen por tierra.

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Contento y sorprendido visitando el Casco Antiguo de Panamá.
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Casco Antiguo de Panamá, un barrio de obligada visita.

Ver subir y bajar la marea en la bahía de Panamá es algo también muy impresionante y recomendable, ya que cuando la marea baja, el agua prácticamente desaparece, y en su lugar emergen manglares, llegando al lugar cientos de tipos de aves para comer cangrejos y mariscos que quedan en la superficie.

Por contra, ver cómo va subiendo el nivel del mar, ocupando grandes extensiones de tierra, generando olas gigantes y cómo se funde con una autopista que va por encima o con el Puente de las Américas es también algo que no os podéis perder.

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Impoluto Casco Antiguo de Panamá City.

Para comer lo mejor es que os acerquéis al mercado de mariscos situada en la entrada al Casco Antiguo, algo así como la lonja del puerto donde os aseguro que vais a disfrutar del mejor ceviche de marisco de vuestra vida. Qué cosa más rica, todo tan fresco y tan bien marinado acompañado de una cerveza fresquita (Balboa) y la salsa picante casera. Estaba tan bueno que tuvimos que repetir jaja.

Ya habíamos hecho casi el día, y dé vuelta al hotel decidimos volver por el malecón (paseo marítimo que conecta el Casco Antiguo con el centro financiero). Es un paseo muy bonito que recuerda al de Miami, recorre la bahía mereciendo la pena hacerlo al atardecer; ver como el sol refleja en los cristales de los rascacielos y poco a poco dejando la ciudad vieja da la sensación de un viaje al futuro pero andando y no con el Delorean. 🙂

El paseo esta repleto de palmeras y jardines tropicales muy bien cuidados, no veréis ni un papel en el suelo y esta muy concurrido por los locales los cuales quedan aquí para hacer deporte o echarse unas risas después del trabajo.

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Grafiti en el Barrio Viejo.

El Canal de Panamá y la Ciudad Vieja

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El Canal Marítimo de Panamá conecta el Océano Atlantico con el Océano Pacifico. El coste mínimo por barco es de 750.00 $. De hecho es la primera fuente de ingresos del país.

Viajar a Panamá no se entendería sin una visita a la que posiblemente sea la mayor hazaña de la Ingeniería en la época moderna. Una visita obligada como son las Pirámides en El Cairo, La Torre Eiffel en París o el Mirador de Benidorm. Desde el centro se puede llegar en Uber por unos 8 dólares USA, y es un trayecto de unos 15 minutos.

Nosotros fuimos al centro de visitantes de Miraflores, el que da al pacífico, hay otro con salida al Caribe pero esta a casi dos horas de Ciudad de Panamá. La entrada son 20 $ pp la cual incluye acceso al museo donde se explica paso a paso la construcción del Canal de Panamá, las distintas fases del proyecto y la historia del país y del mundo asociado a esta maravilla de la Ingeniería.

También una parte del museo esta destinada a la naturaleza, concretamente a la fauna y flora que rodea el Canal, y como desde hace varios años se han creado políticas de conservación para que Comercio y Naturaleza puedan compartir el mismo espacio,

Con la entrada tienes acceso a un mirador en la última planta donde podrás ver seguramente lo más impresionante del Canal, el sistema de esclusas en pleno funcionamiento con la llegada de mega buques gigantes cargados de miles de toneladas de mercancías. Es aquí donde la unión entre Asía-América-Europa es total. Sinceramente es alucinante.

Considerado una maravilla moderna, el Canal de Panamá desarrolló tecnologías pioneras para su época, que aún. hoy, casi 100 años después, sorprenden por su innovación. Una de ellas el sistema de llenado y vaciado de las esclusas, el cual funciona totalmente por gravedad.

Ahí pudimos ver mientras nos comíamos los bocatas que nos habíamos preparado con lomo ibérico (también tienen en los supermercados panameños embutidos de la tierra) como dos buques cargados con más de 5.000 coches cada uno de marcas europeas con destino Asía salían del canal.

Como dato interesante deciros que el peaje mas económico que paga un buque por cruzar  el Canal de Panamá oscila entre los 500.000$ y los 750.000$ y el más caro entre 4.000.000$ – 4.500.000$ dependiendo del tamaño del barco y la carga. La otra opción es cruzar el Estrecho de Magallanes por lo que la opción del Canal sigue siendo la más «barata». Hay una forma de cruzarlo por menos de 1$ pero es a nado 😀 (no es coña).

Viendo la enorme importancia que tiene esta vía para el comercio marítimo mundial así como los ingresos que deja en Panamá se entiende la gran importancia que tiene y que además sea el símbolo principal del país.

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Ciudad Vieja de Panamá.
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Ruinas de la Ciudad Vieja de Panamá.
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Postureo en las ruinas de la Ciudad Vieja de Panamá, torre de la Catedral.

A medio día habíamos terminado la visita, y después de ver dos mega buques utilizando el sistema de vaciado de esclusas estábamos más que contentos, así que nos fuimos a visitar las ruinas de la primera ciudad erigida por los conquistadores españoles concretamente por Pedro Arias de Avila considerado el fundador de la Ciudad de Panamá el 15 de agosto de 1519 y destruida por el pirata inglés Henry Morgan en 1671.

El sitio aunque en ruinas merece la pena ya que esta situada frente a la bahía y todavía quedan varias estructuras en pie, la más impresionante la Torre donde estaba la Catedral, la cual se puede subir hasta arriba y disfrutar de las vistas. Además la zona cuenta con un pequeño museo de historia donde explica la evolución de la ciudad incluso antes de la llegada de los europeos.

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Vistas desde la Catedral de Panamá.

Santa Catalina e Isla Coiba

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Playas vírgenes de la Isla Ranchería en el Pacifico.

Lo mejor para el principio; y es que de lejos Santa Catalina y la Isla Coiba fueron los lugares que más nos sorprendieron sin duda visita imprescindible durante tu viaje a Panamá. Santa Catalina se sitúa en la costa del Pacífico a unos 450km de Ciudad de Panamá. Se tarda entre 6-8 horas dependiendo del tráfico y el tipo de vehículo. Decir que las autovías en Panamá y las carreteras son de primer nivel pero en ocasiones hay zonas con grandes atascos que hacen que se demore más tiempo.

Estuvimos 4 días alojados en un campamento de surf Oasis Camp, donde ofrecen casitas pequeñas frente al mar. Nosotros íbamos con un coche de alquiler, y tras recorrer medio país llegamos de noche. El mar no se podía ver pero sí escuchar ya que estaba enfrente nuestra pero lo que nos dejo con la boca abierta fue el impresionante cielo repleto de estrellas viéndose incluso la Vía Láctea con nuestros propios ojos.

Era tal la belleza que las estrellas se reflejaban en la arena humedecida por el mar. Una experiencia tan única y tan bonita que nos acompañara el resto de nuestras vidas.

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Aprendiendo a surfear en Santa Catalina.

Al día siguiente nos despertamos con el amanecer y fue ahí cuando nos dimos cuenta de la belleza del lugar. Nada mas abrir la puerta de la habitación, teníamos enfrente una línea de palmeras con sus cocos, moviéndose por la brisa y una playa virgen enorme de arena volcánica negra con varias islas e islotes en el horizonte. La playa estaba prácticamente vacía salvo por un par de surfistas y la marea muy baja por lo que lo primero que hicimos incluso antes que el desayuno fue darnos un baño y pasear por la orilla.

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Campamento y escuela de surf.

Santa Catalina es una de las Mecas del surf, se considera el mejor lugar para surfear olas en Centro-América y en temporada alta (Enero-Abril) se realizan varios campeonatos. Nosotros estábamos en temporada baja y teníamos la paya prácticamente para nosotros pero claro no podíamos estar en semejante paraíso y no coger una tabla y práctica algo de surf.

El propio alojamiento disponía de tablas de surf para sus clientes así que cogimos 3 tablas, desayunamos frente al mar. Reconozco que para mí era la primera vez que me subía a una tabla y sin instructor, así que os podéis imaginar lo que me costó. Ahora bien tanto esfuerzo mereció la pena ya que tras miles de intentos y con la ayuda y consejos de algunos pros que llevaban años surfeando logré ponerme de pie y surfear la primera ola de mi vida.

Qué sensación. Nunca lo olvidaré. Me gustó tanto que ya estoy pensando en coger un hotel de surf con profesor en el País Vasco y aprender los conceptos y la técnica básicos de este deporte. Estaba tan contento de haberlo conseguido y en un paraíso así que esa misma tarde reservé una hora con un profesor de surf para que me enseñara lo más básico.

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La naturaleza desborda por los cuatro costados.

Fuimos a comer al pueblo, a unos 15 minutos andando de la playa donde estaba nuestro campamento, Santa Catalina es un pueblo muy pequeño de pescadores donde desde hace varios años están trabajando muy bien el turismo. Desde la calle principal se puede degustar delicioso pescado fresco, ceviches y sancocho de mariscos deliciosos, todos los platos suelen ir acompañados de arroz, ensalada y patacones (plátano macho frito) o yuca.

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Pescado fresco frito con guarnición.

Es en esta playa también se encuentran las empresas que ofrecen actividades de aventura al aire libre y centros de buceos que ofrecen excursiones a través de sus archipiélagos. La excursión imprescindible cuando vengas a Santa Catalina es la visita a Isla Coiba, uno de los parques nacionales de Panamá mejores conservados no sólo del país si no de todo el continente Americano.

Para visitar Isla Coiba debes contratar una excursión con guía ya que está prohiba acceder por tu cuenta, además es una isla por lo que necesitas barco. Nosotros contratamos la excursión de día completo con visita a varias de las islas que componen el parque nacional además de la principal, Coiba, y donde podíamos además hacer snorkel en cada una de las islas que visitamos. Además del transporte en barco y la recogida en el hotel, la excursión incluye la comida y bebida, pero no incluye los 20 $ de tasas por entrar al parque nacional.

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Jurasic Park en la Isla de Coiba.

Al día siguiente, nos recogieron bien temprano en nuestro alojamiento y nos llevaron al puerto. Dónde nos presentaron al capitán y al guía, de ahí zarpamos rumbo a Isla Coiba y ya el trayecto quita el hipo tanta belleza. Uno tiene la sensación de estar recorriendo la costa de Jurasic Park. Hectáreas y mas hectáreas de selva virgen primaria se funden con el océano de aguas transparentes. Delfines y tortugas te acompañan todo el camino y una vez que entras en los límites del parque nacional parece que has viajado a otro planeta tipo Avatar (lo sé soy muy friki. :))

La primera parada fue en Isla Pepita de Oro, y como su nombre indica es una auténtica joya, pequeña pero paradisíaca. Ahí nos pusimos las gafas de bucear y nada más entrar en el agua descubrimos el otro paraíso sumergido. Nunca antes, y son ya muchos los mares buceados, había visto tantas y tantas criaturas marinas interactuándo de forma tan natural con su entorno.

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Mar cristalino, playas de ensueño, animales antiguos y vegetación primaria.

Mantas rayas gigantes, tortugas, un tiburón tigre, varios tiburones de punta blanca, un banco de sepias, peces luna, peces globo, morenas, serpientes marinas (venenosas), langostas y miles y miles de peces de colores de los cuales desconozco sus nombres habitaba las praderas y corales que componen el fondo. Una auténtica pasada que debes vivir al menos una vez en tu vida. Nos quedamos con la espinita de haber buceado con botella, ya que sí con gafas y tubo ves tanta fauna marina, con botellas de oxígeno podrás disfrutar de ballenas, tiburones, tiburón ballena y mucho más.

Después de estar 1 hora buceando y otros 45 minutos disfrutando de la playa de la isla, fuimos a una segunda isla para bucear y más de lo mismo… ¡¡¡El fucking paraíso!!!

Paramos a comer en la tercera isla, Isla Rancherías, una isla paradisiaca típica de las postales donde lo primero que te impacta al llegar a la playa es el cartel advirtiéndote que por favor tengas mucha precaución cuando te bañes ya que la zona esta repleta de cocodrilos marinos. ¡Si cocodrilos marinos! ¡Qué locura! A nosotros todo esto hacia que todavía nos gustará más el lugar; podéis imaginaros nuestras caras de felicidad, no por tener un encuentro con un cocodrilo sino por lo remotamente natural y salvaje de la zona en la que estábamos. Nos dieron de comer un delicioso arroz con pollo, y de postre piña natural… que piña solo de pensar en ella babeo como Homer Simpson. xD

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Feliz como una perdiz.

Después de comer pudimos estar una hora y media explorando la playa, la cual cuenta con desembocaduras de ríos que vienen del interior de la jungla y tras esta pausa fuimos a la isla principal y la más grande que además tiene el nombre del parque nacional, Isla Coiba. Hasta hace un año dejaban y previo reserva anticipada alojarse a un pequeño grupo de turistas pero esa opción ha desaparecido ya que se desea mantener la isla lo más virgen posible y con las mínimas alteraciones provocadas por los humanos así que la única forma de visitar parte de la isla es con la excursión de un día.

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Cocodrilo marino. Disculpad por la calidad de la imagen, pero lógicamente el guía no nos dejaba acercarnos mas. :-0

La isla nos recibió con una playa preciosa y la selva tan grande y virgen que hay detrás hace que volviéramos a acordarnos de los velociraptores, el T-Rex y piensas hasta que te va a recibir el Dr. Alan Grant, sonidos de monos aulladores, pájaros y criaturas que seguramente desconocíamos. Tras desembarcar es aquí donde se paga la tasa del parque, así que llevarlo en efectivo.

Siguiendo recto llegamos a otra pequeña bahía donde vimos unos pájaros preciosos rojos, guacamayos verdes, capiguaras (el roedor más grande del mundo) y tras andar unos minutos nos quedamos paralizados ante uno de los dinosaurios vivos que aun habitan el planeta, un enorme cocodrilo marino de más 5 metros tumbado y relajándose en la orilla. Casi nos da algo de la emoción. Tras disfrutar mirándolo y hacerle algunas fotos era momento de volver, además se acercaba una tormenta y de las buenas.

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Tres amigos paseando sin bucles en la cabeza. Desconexión natural y total.

De vuelta en Santa Catalina, los locales nos recomendaron un pequeño bar regido por una mujer colombiana que hacía las mejores pizzas del mundo, así que allí fuimos. Vaya que si eran las mejores del mundo… Nada más llegar la mujer nos recibió con una gran sonrisa y nos preguntó de dónde éramos y nos estuvo un poco explicando qué hacía allí y cuales eran sus especialidades. De beber nos preparó el mejor batido de mango de mi vida y para comer pedimos 3 pizzas, la pizza estrella la de verduras, otra de atún con aceite de ajos y la última de chorizo colombiano.

Literalmente tardaron dos horas en servirlas ya que las empieza a preparar desde 0, es decir haciendo la masa, además allí se cena a las 6 por lo que a nosotros cómo os podréis imaginar no teníamos ninguna prisa. Bueno la espera mereció la pena es quedarse corto, basta con ver la foto para que podáis imaginar su sabor. Enserio cuando visitéis Santa Catalina, imprescindible ir a probar las pizzas de la colombiana. 😛

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Posiblemente la mejor pizza que he probado.

Otro mar de estrellas en el cielo fue el broche final perfecto a un día inolvidable.

No os lo había dicho pero antes de llegar a Santa Catalina para visitar el parque nacional de Isla Coiba, teníamos previsto estar solo dos noches, pero estábamos tan a gusto, viviendo aventuras inolvidables en un entorno de película que decidimos quedarnos una noche más y seguir disfrutando del lugar.

Provincia de Bocas del Toro, Mar Caribe

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Cristobal Colón dijo… sí existe el Paraíso está en el Caribe.

Con mucha pena despedimos Santa Catalina, menos mal que la alegría por seguir la aventura del viaje descubriendo Panamá era máxima y mas sabiendo el destino al que nos dirigiríamos, Isla Colón. La isla mas grande de las que componen el archipiélago de islas caribeñas Bocas del Toro, quizá el destino más top y famoso de Panamá. Imprescindible.

Se tardan casi 7 horas en coche desde Santa Catalina hasta Isla Colón, pero es muy IMPORTANTE tener en cuenta cómo llegar a Isla Colón, siempre que quieras llegar por carretera desde cualquier punto de Panamá (también se puede llegar en vuelos internos desde el aeropuerto de Ciudad de Panamá). ¿Por qué? Porque para llegar por carretera debes conducir hasta la ciudad costera de Almirante y tener en cuenta los horarios tanto del Ferry, en caso de que quieras llevar tu coche, cómo de las lanchas taxis que conectan por mar la ciudad con Isla Colón. La última lancha sale desde ciudad Almirante zarpan entre las 17.00 h y las 18.00 h, en caso de llegar mas tarde toca hacer noche en Colón.

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Imágenes que se graban en el cerebro de por vida.

La carretera de camino a Bocas del Toro atravesaba regiones de enorme belleza. El paisaje mientras vas subiendo los puertos de montaña en la Provincia del Chiriquí es un regalo para la vista. Disfrutando del camino y conduciendo sin prisas llegamos a la ciudad de Almirante a eso de las 7.30 pm por lo que la última barca taxi hacía tiempo que había dejado el puerto, así que buscamos un hotel cerca y pasamos allí la noche.

Al día siguiente dejamos el hotel temprano, desayunamos en una cafetería donde hacían bollería casera local muy buena, un café panameño riquísimo y a dejar el coche 3 noches en un parking privado con un coste de 7 $ los 3 días, un precio más que asequible.

El trayecto en lancha hasta la Isla Colón dura unos 45 minutos, y el recorrido es extremadamente bonito y muy diferente al paisaje que habíamos visto en el Pacífico, ambos extraordinarios pero totalmente diferentes. Tras desembarcar fuimos al hotel, reservamos un alojamiento que era una casa colonial preciosa en una calle tranquila a 8 min andando del centro mucho más bullicioso. El hotel contaba con una nevera y cocina de uso común, lo cual nos vino genial para enfriar unas cervecitas y hacernos unos bocatas.

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Volar sin dejar el suelo.

Como habíamos llegado pronto, en el embarcadero contratamos una excursión de un día en la cual pudimos visitar varias islas donde bucear, la excursión también nos llevo a comer a una isla que también es un Parque Nacional, con un camino repleto de manglares y jungla que había que atravesar para llegar hasta una preciosa playa caribeña llamada Red Frog Beach. Aquí el agua golpea salvaje la costa, es totalmente virgen y diferente a lo que uno espera de una playa del Caribe. Además la selva llega hasta la playa por lo que merece la pena darse un paseo y explorar un poquito.

Nosotros además de pájaros raros y plantas exóticas vimos unas ranas pequeñas rojas con puntos negros en las hojas, muy muy bonitas pero seguramente venenosas.

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Playas de ensueño con aguas cristalinas y vegetación exuberante.

En las paradas para bucear lo primero que nos llamó la atención fueron los miles y miles de corales de diferentes colores y formas y en ellos cientos de peces interactuaban, ¡era cómo estar dentro de un acuario gigante! Si bien la experiencia de buceo en Isla Coiba fue más impresionante, sobretodo porque vimos animales más grandes, esto no se quedaba corto. Vaya experiencia y sólo nos costó 25 $ pp todo el día, repetiríamos de cabeza.

Filthy Friday

Vale hasta aquí el turismo de aventura, paisajístico, de naturaleza, etc, etc. además de esto Bocas del Toro son muy conocidas por las súper fiestas que celebran en sus bares y discotecas de ahí que sean uno de los destinos favoritos de los viajeros jóvenes. Con el añadido que todos los viernes se celebra una fiesta que se llama Filthy Friday donde a lo largo del día te llevan a 3 islas diferentes con un ambientado djs, hamacas en el mar en fin un fiestón que hay que vivir cuando se viaja a Panamá.

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Filthy Friday un fiestón en el Paraíso. 

Sinceramente no soy mucho de salir de fiesta y he de reconocer que ir a esta fue todo un acierto, lo voy a recordar como una de las mejores fiestas de mi vida. Un ambiente super chulo en un entorno espectacular con personas de todo el mundo. Empieza la fiesta a las 11.30 h y termina a las 19.30 h y las entradas cuestan 30 $ incluyendo el transporte entre las islas y un welcome pack (mochila, camiseta y vaso reutilizable). Una experiencia imprescindible para volverte con un recuerdo inolvidable.

Volcán Barú, Boquete

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Boquete, aventuras en el interior de Panamá.

Al día siguiente y sin resaca (ja, ja) volvimos a ponernos nuestra mochila en la espalda, coger un barco-taxi que nos llevara de vuela al continente y en el coche, nos dirigimos a un municipio precioso del interior del país llamado Boquete, situado en las Tierras Altas de Chiriquí. Y como su nombre indica, era la zona donde se concentraba la mayor altitud del país por lo que las temperaturas son más frescas y llevaderas.

Pero para nosotros el hecho de que Boquete estuviera en nuestro itinerario era porque buscábamos una de las mayores aventuras imprescindibles del viaje a Panamá, la ascensión a la cima del imponente Volcán Baru, y punto más alto de todo Panamá.

Pero es que además del volcán, la zona estaba repleta de bosques húmedos tropicales donde habitan muchos animales como el perezoso, el pájaro quetzal, serpientes, jaguares, pumas, mariposas; con la posibilidad de recorrer senderos, contratar guías privados y con más o menos suerte ver muchos de estos animales en su estado salvaje. También es la zona cafetera de Panamá por excelencia, pudiendo visitar plantaciones de café, algo que no hicimos y que todo el mundo nos recomendó. Ahora bien obligatorio comprar café cuando se visita Boquete.

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Ascensión al Volcán Baru, un ruta a través de la selva profunda llena de vida.
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Cascadas, ríos y torrentes de agua helada junto a la frondosa selva panameña. Al final me di un bañito.

Llegamos al hotel Vista Bella, lo encontramos por Booking y tanto el precio como los comentarios eran muy buenos y así lo corroboró la experiencia en el alojamiento. Habitaciones con baño privado y unas preciosa vistas al valle, cocina moderna y equipada para compartir y lo mejor una azotea chic-out con proyector de pantalla conectado a Netflix y sonido envolvente para crearte tu propio cine, ¡una pasada!

Nada más llegar y como era tarde, cenamos, nos pusimos un capítulo de Stranger Things y a dormir, como decía anteriormente la razón de venir aquí era porque queríamos ascender hasta la cima del Volcán, ya que además del reto que suponía llegar al punto más alto del país. Desde la cima se podía ver un día despejado el Océano Pacífico de un lado y el Mar Caribe del otro lado. Así que buscamos un tour de turismo activo de la zona, que ofrecen la posibilidad de contratar un guía y comenzar la ascensión a media noche y llegar a la cima al amanecer. Por como suena se ve que es una experiencia sublime, quizás de las que más…

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Selva virgen.
Los lugares imprescindibles en tu viaje a Panamá
Naturaleza en estado puro.

Así que al día siguiente teníamos toda la mañana para hacer alguna excursión. El propietario del alojamiento nos dijo que podíamos hacer una por nuestra cuenta a través del bosque siguiendo un sendero con varias cascadas, el nombre de la ruta es el trail de las «Lost Waterfalls» o «Cascadas Perdidas», cuesta 7$ la entrada al parque pero merece mucho la pena, ya que se trata de una ascensión por el bosque siguiendo un sendero que te lleva a diferentes cascadas en distintos puntos de la ruta, con la posibilidad de bañaros en sus aguas cristalinas, sacar unas fotos preciosas y relajaros en medio de la naturaleza.

Recordad llevar calzados adecuados (hay víboras chocolate y verdes por la zona), ropa seca extra, toallas, agua y anti-mosquitos.

De vuelta, nos hicimos una comida muy rica y a dormir que había que estar descansados para subir el Volcán Barú.

Ascenso al Volcán Barú 3.474m

De milagro nos habíamos despertado a las 10.30 (hora y media antes de que nos vinieran a recoger), era yo el encargado de poner la alarma a las 21.30 h y me equivoqué y la puse a las 09.30 h de la mañana, sorry. 😀 Menos mal que los nervios en positivo nos despertaron, hicimos un desayuno nocturno, unos bocadillos, café y última revisión a las mochilas que habíamos preparado antes de echarnos a dormir.

Tener en cuenta que la cima del Volcán Barú se encuentra a 3.474m por lo que las temperaturas pueden llegar a bajar hasta 6 grados, además de la lluvia viento o tormentas que pueden aparecer de repente. Por ello es muy importante para disfrutar la experiencia y evitar sustos, llevar un polar en la mochila, un chubasquero, gorro, guantes, bufandas, chaqueta corta vientos, fruta, barritas de avena y 2 L de agua por persona.

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Paisajes verdes de película que contrastan con los paisajes marrones de Alicante.

A las 00.00 h estaba el 4×4 esperando con las luces encendidas, y dentro estaba nuestro guía Azul. Azul era local de la zona y esta era ya la 3 vez de la semana que ascendía. al cima del volcán de noche, un auténtico puma. De camino nos estuvo explicando unos pocos consejos básicos para disfrutar de la ruta y un poco lo que podíamos encontrar, jaguares incluidos, y cómo proceder en caso de darse una situación de semejante naturaleza.

El coche nos deja a exactamente unos 2.000 m de la cima, y la distancia hasta la cima son 11 km en total 22 km, ida y vuelta, normal es tardar entre 8 y 11 horas dependiendo de la condición física, nosotros registramos una marca de 05:41:13 sin contar las dos horas y media que tuvimos que esperar en un refugio a 20 minutos de la cima.

Los lugares imprescindibles en tu viaje a Panamá
Majestuoso amanecer en la cumbre del Volcán Barú con vistas a los dos océanos.

La subida es exigente, nuestra clave fue pensar en la recompensa qué nos esperaba. Había estado lloviendo fuerte el tiempo que estábamos durmiendo en el hotel y al comenzar la ascensión los cielos estaban bastante despejados, quien sabe lo mismo íbamos a tener suerte en la cima. Por lo general llevábamos un muy buen ritmo, no estábamos en una competición pero íbamos despacio pero sin pausa, un paso detrás de otro y sin darnos cuenta llegamos a las 03.00 h al refugio que indica que la cima esta a tan sólo 20 min más, por lo que habíamos llegado al menos dos horas de antelación.

Así que nos toco meternos en un refugio semi techado a más de 3.000 m de altura y como había estado lloviendo las horas antes, el frio y la humedad eran muy fuertes, de ahí la importancia de llevar ropa de abrigo y seca en la mochila, hicimos la cucharita y a dormir dos horitas. En serio lo de llevar ropa de abrigo es muy importante, subiendo podéis ir en manga corta, pero una vez os detengáis si no lleváis ropa para calentaros os tocará dar la vuelta para evitar una hipotermia.

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Espectaculares vistas desde la cima del Volcan Barú donde podemos ver a derecha el Océano Atlantico e izquierda el Océano Pacifico.

A las 05.00 nos volvimos a poner en marcha para recorrer el último tramo hasta la cima, al llegar todavía era de noche, una noche pálida, muriendo ante la inminente llegada del amanecer pero de noche. Así que el guía preparó chocolate y café caliente ¡que bien entraba eso a esas horas sólo faltaba la biblia ja,ja, ja! La euforia era máxima, no sólo por llegar a la cima, todo indicaba que el amanecer iba a ser «limpio» sin nubes que obstaculicen las vistas a ambos océanos.

Y así fue como por arte de magia, una ligera línea de fuego en el horizonte comenzó a regular luz al cielo para seguirle un cielo totalmente rosado, después ámbar y otra vez amarillo fuego. El súmmum llega cuando los cielos comienzan a reflejarse en ambos océanos separados por enormes montañas cubiertas de selva virgen mientras sus picos peinan las nubes.

Después de pasar en la cima unas horas, el guía nos hizo un pequeño desayuno a base de un sandwich de queso, un plátano y más café. Creedme que nos supo a gloria.

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Por fin llegamos ala cumbre del Volcán Barú.
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Un guía y tres amigos descendiendo con cautela del Volcan Barú. Toda un proeza, de hecho dijo el guía que fuimos los más rápidos en la ascensión.

Al comenzar la ascensión de noche, no fuimos muy conscientes del enorme bosque virgen que compone el Parque Nacional del Volcán Barú, por lo que el descenso fue otra experiencia muy buena contemplando los paisajes, los árboles, las plantas, todos tan diferentes y bonitos.

TODA UNA EXPERIENCIA que vale y mucho la pena todo el tiempo y esfuerzo para llegar allí y disfrutar no solo del Parque Nacional del Volcán Barú si no también de todo lo que ofrece su entorno natural.

Si has llegado hasta aquí, eres un auténtico héroe y te estoy enormemente agradecido. 😉 Las Islas de San Blas en la Provincia del mismo nombre que el pueblo indígena que controla es territorio repleto de cientos de islas caribeñas al más puro estilo Piratas del Caribe, la Provincia de Guna Yala, hogar de los Guna bien merecen un post a parte. 🙂

Cómo adelanto os dejo esta introducción.

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El archipiélago de la comarca de Guna Yala esta habitada por la etnia Guna. Guna Yala significa para los indigenas «Tierra Guna». Originalmente, el área era conocida como San Blas. En 1501 la expedición del conquistador español Núñez de Balboa, se estableció en estas islas y fue donde por primera vez unos europeos entraban en contacto con los indígenas Guna. A día de hoy siguen manteniendo sus costumbres incluso idioma propio, se dedican principalmente a la pesca y al turismo de una forma muy responsable y comedida y son una de las tribus más amenazadas por el Cambio Climático.
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Islas San Blas en el Mar Caribe panameño.

P.D. Muy contentos y agradecidos con seguros de viaje IATI por su calidad de servicio, atención y precios. ¡Enhorabuena! 

Esperando que os guste y pueda servir, me despido cordialmente.

 

Lucho

  • Reply Ruta por el Toledo más monumental - Alifornia 02/09/2021 at 15:55

    […] las limitaciones derivadas de la Covid-19, la idea de viajar a un paraíso lejano (llámese Panamá, La India, Marruecos) se difuminó, sin embargo lejos de ser «un problema»,  ha sido todo lo […]

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